Ante el fracaso de la selección femenina de básquetbol, para tener éxitos en competencias internacionales, este seleccionado chileno (femenino y masculino), necesita tener tanta o má técnica que sus rivales, saber jugar en carrera, mejor condición física y principalmente, sus jugadores, querer ser mejores y tener ansias de triunfos. También, ligas de calidad. Mejor no ir al preolímpico el próximo año.
Por Juan Aguad K.
Todo se preparó para que Chile terminara entre los 4 mejores de S.A. en el básquetbol femenino y pudiere incluso, alcanzar el segundo lugar. El equipo tuvo tiempo para lograr el mejor rendimiento, con gira incluida a Canadá y todo el complemento técnico auxiliar necesario.
Por otra parte, los siete protagonistas se dividieron en dos grupos y con la anuencia de la Asociación S.A. (ABASU) a Chile se le ubicó en el grupo de tres, lejos del inalcanzable Brasil. Le bastaba ganar a Paraguay o a Argentina y clasificaba. Perdió con los dos y sólo entró a la disputa del quinto puesto, ganando a las juveniles y novicias uruguayas (últimas) y a un disminuido (nueve jugadoras entre ellas una lesionada) Venezuela. Retrocedió a la posición lograda el 2005 en Colombia.
El título se lo llevó otra vez Brasil (22 veces en 32 versiones), quien lo ha ganado sin interrupciones desde 1986. Segundo Argentina, tercero Colombia y cuarto Paraguay.
Los 4 primeros clasificaban al Preolímpico del próximo año. Chile la perdió. Y vino otra “ayuda” de ABASU, que decidió otorgar la sede de esa competencia a Colombia. Quedó un espacio y ahora Chile puede ingresar al preolímpico de las Américas…
• EL DURO CAMINO.
La derrota con Paraguay (88-99), increíble. Estas, con nueve jugadoras menores de 21 años y su gran figura, Paola Ferrari de 24 años, sorprendieron y abrumaron a las nacionales desde el inicio. Su defensa de zona fue inexpugnable y su ataque arrollador. Batieron el record de conversión ( 16 ) en lanzamientos triples. Todas anotaban y Ferrari, imparable. Hizo 48 puntos. Las chilenas paralogizadas. Todas superadas y llenándose de errores. Perdieron en 23 ocasiones la posesión del balón y se lo robaron en otras 14 ocasiones. Mejoraron frente a Argentina (75-82), pero no lo suficiente. Siguieron las fallas defensivas y ofensivas, pero en mucho menor proporción. El desánimo no se superó y hasta Uruguay se insolentó a ratos (96-63). Con Venezuela, decaído, fue lo mejor (86-71), pero ya era tarde.
• DEFICENCIAS TÉCNICAS.
Los defectos técnicos de nuestras cesteras se hicieron notorios a nivel internacional. Lentitud en el desplazamiento del balón y en pases. Poca habilidad para entregar la pelota a las jugadoras altas. Dificultad para jugar y lanzar en carrera. Conceptos de anticipos, de pantallas para lanzar o penetrar, sólo regulares. Deficiencias en la marcación individual y colectiva. Todo se sabe, pero no hay perfeccionamiento ni aplicación. La puntería es el principal avance, aún cuando el lanzamiento debe ser más rápido y con más apoyo.
• LA BANCA.
Había levantado el nivel de las selecciones. Ahora, tuvo su cuota de responsabilidad, pero no para renunciar. No encontró la fórmula para detener a Ferrari y compañía. La goleadora recibió sin problemas el balón todo el tiempo y con él en sus manos nadie la detenía. Tampoco se supo romper la conocida defensa zonal de las paraguayas. Y asimismo, no se aprovechó ante éstas, la mayor altura de Tatiana Gómez y Ziomara Morrison, las mejores de la selección, ni el apoyo a Valentina Aragonese y Javiera Novión, las otras figuras del equipo, que respondieron, con altibajos.
La penetración de las argentinas fue otro problema sin solución, así como también la marca a Carolina Sánchez, quien les hizo 30 puntos comodamente.
Chile no trabajó defensa zonal, ni tuvo contraataques. La salida rápida es un arma letal para los equipos dueños de casa. Finalmente, fue demasiado generoso con jugadoras que no le respondieron, como Catalina de la Quintana, Paola Franco, Leslie Rahmer y Paola Naranjo. Esta última, figura en los últimos siete S.A. estaba lesionada y no se recuperó. Debió darle más minutos a Daniela Troncoso y Maryorett Madrigal.
• AUXILIARES TECNICOS.
Chile contaba con médico, sicólogo, preparador físico y dos sicoterapeutas. ¿Qué papel desempeñaron? No debieron darle el pase a Paola Naranjo, que mostraba evidentes dificultades para rechazar, lo más importante en un cestero. El equipo fue un atado de nervios en el debut ante Paraguay. No llegó debidamente preparado sicológicamente. Tampoco se recuperó en el segundo tiempo. La roja careció de la rapidez necesaria en estas instancias. Las exigencias debieron ser mayores. Labor de los preparadores físicos, una de las cuales fue asignada a una misión fuera del país en la víspera…
• TAREA FUTURA.
Corregir las deficiencias anotadas requiere larga preparación y trabajos individuales intensos. No hay otra fórmula. Y mientras ellos no se corrijan, seguiremos marcando el paso. El basquetbol chileno requiere una capacidad técnica y física superior a las de sus rivales, para alcanzarlos y vencerlos. Y torneos de buen nivel, donde se obligue a mayores exigencias y se aprecien los avances. Para el preolímpico difícil que se logre y más vale no asistir.