Montserrat Bravo Avendaño, basquetbolista
Cuando tenía cuatro o cinco años, era parte de los pequeños que entraba a juguetear en los entretiempos del Coliseo Municipal, tras los pasos de una dupla de padres basquetbolistas.
Monserrat Fernanda Bravo Avendaño tenía que seguirlos. Tarde o Temprano.
Hija del ex CDV y campeón de Dimayor, Sandor Bravo y de la seleccionada valdiviana Valeria Avendaño, Monserrat Bravo, pertenece al club de la Universidad Austral y es estudiante de Octavo Año Básico en el Colegio Nuestra Señora del Carmen.
Alegre, algo introvertida, pero con una personalidad que saca a relucir dentro del campo de juego, a sus 13 años (nació el 12 de marzo de 1998) y con 1.66 metros de estatura, es una de las promesas del básquetbol femenino valdiviano.
Una promesa ratificada en su condición de jugadora "refuerzo" de otras ciudades: Castro, Los Lagos, en torneos de nivel nacional.
Montserrat recuerda que comenzó a jugar básquetbol en forma seria a fines de noviembre de 2006, en la Escuela de Básquetbol de la Universidad Austral, donde ha tenido a los técnicos Edgardo y Andrea Bilbao como mentores en el aprendizaje y desarrollo de su juego.
Hoy pertenece a la serie infantil de la UACh y frecuentemente juega también por la serie cadetes.
LA PROMESA
¿Cuáles son tus fortalezas como jugadora?
-Las asistencias, controlar el juego. Con mi experiencia, ya no me desespero. Llegó fácil al aro, pero me falta mejorar el finiquito. Al comienzo era nerviosa, pero ahora solamente siento ansias antes de entrar a jugar. Después, en el partido todo se olvida.
¿En qué debes mejorar?
-Concretar más las jugadas. En eso me falta todavía.
¿Te gusta entrenar?
-Me gusta, porque sé que entrenando más fuerte tengo que mejorar mis puntos bajos. Por eso espero que mi papá también se haga un tiempo para entrenar conmigo, porque la gente que lo conoció me dice que fue un gran jugador. Mi mamá siempre me aconseja.
¿Hasta dónde te gustaría llegar como basquetbolista?
-Algún día, llegar a la selección chilena adulta, estar en Juegos Panamericanos, en un Mundial. En Chile y acá mismo en Valdivia, hay niñas con muchas condiciones, pero que se pierden porque no les gusta entrenar. También me gustaría irme a estudiar afuera y aprovechar de jugar básquetbol, llegar a alguna liga mayor.
¿Hay alguna jugadora a la cual admires?
-Me encanta el juego de Becky Hamonn (Jugadora de San Antonio Stars de la WNBA, estadounidense nacionalizada rusa).
¿Cómo te organizas para estudiar y jugar?
-Complemente los estudios y el básquetbol. Me organizo, presto atención en clases y luego repaso en la casa. Y en un período normal, entreno tres a cuatro veces en la semana.
¿Piensas que la práctica del deporte es buena para la juventud?
-Creo que a toda edad, pero por ejemplo hay niños de mi edad algunos están todo el día frente al televisor o el computador y eso les hace mal. A mí, el deporte me ayuda a mejorar salud y tener mejor calidad de vida. Además está la posibilidad de viajar, compartir y conocer más gente, algo que me encanta.
Monserrat Bravo Avendaño señala que no es una persona que muestre demasiado sus emociones, pero que tampoco se "echa a morir" por cosas simples o pequeños problemas.
Su prioridad hoy es jugar cada vez mejor, entrenar fuerte y lograr con sus méritos un puesto en los equipos regionales y nacionales.
ESTATURA: EL PROBLEMA DE CHILE
Al igugal que otros jugadores, técnicos, árbitros y aficionados del básquetbol, Monserrat Bravo se dio un tiempo para asistir a algunos partidos del Mundial Sub-19 que se jugó en Puerto Montt y Puerto Varas, donde el campeón fue Estados Unidos y Chile ocupó la 12ª ubicación. Y su diagnóstico es claro: "Estamos en un nivel más bajo que el resto de las selecciones. Ante Australia y China fue muy notoria a falta de estatura, que es nuestro mayor problema. La técnica se tiene o se puede trabajar, lo mismo el manejo de balón...pero nuestro gran problema es la estatura".
Por Juan Carlos Hernández
Fuente: Diario Austral de Los Ríos